Tú que hieres y matas, levanta tus ojos al cielo a el le declaras yo soy pecador, yo soy el causante de ese sacrilegio, de tantas angustias, de tanto dolor. Busco sin encontrar la razón por que matas sin ninguna comparación, ¿Qué impulso te obliga hacerlo? Sin pensar que te estas hundiendo en ese sentimiento no humano que es la indignación, que tristeza que me das que por unas sucias monedas o por el uso del poder hipoteques toda tu vida, no sabes lo que haces. ¿Miraste esas estrellas titilar? Sin saber donde ocultarse, para que su resplandor no hiera esa conciencia tuya tan escazas de templanza, ellas desde lo alto gritan¡..Hombre!...estas viviendo ¡Viviendo! sin corazón. Me pregunto como son tus horas si tienes alegrías si cargas sobre tu espalda la cruz de una traición, que teniendo ¡La vida! que a un hermano le has quitado. No sientas hoy el dolor de ser mendigo de un poco de su amor. Buscas en ti mismo el consuelo que nadie te puede dar, te niegas a buscar en ti esa verdad que escondes que solo te sientes hombre con el arma que esgrimes contra tu propia hermandad. Desconoces a esa hermana no la sientes, no la amas, esa hermana es la piedad. No comprendes que no es menos hombre, aquel que llora, que pide perdón, implora a esa fuerza mayor. mas hombre que tu que con ese cruel instinto arrebatas un alma dejas un hogar herido destruyes el amor y la calma de todos sus seres queridos. CatalinaMaria.