Muro de amor,
promesas de dos,
testigo del tiempo
y amigo de Dios.
Jactado en la tierra,
Madre de tu semblanza,
observas a aquellos que por amor
hacen desgracias.
Regado de Sol, nunca descansas,
pues para el amor
parejas te faltan.
Sacrificas tu piel para los
enamorados, pero nunca discriminas a los
desahuciados.
Encantado estoy de fuerza,
y espero nunca te muevas,
para que el día que encuentre
el amor,
a tu cuerpo corriendo venga.