Miro al cielo y veo
Cruzar una estrella fugaz;
Al observarla recuerdo
A aquella que no volverá,
Al pensar en ella recuerdo cosas,
Risas, llantos, momentos que no se repetirán;
Un suspiro se escapa de mi pecho.
Me aguanto las ganas que tengo de llorar.
Era de tarde, casi por terminar la primavera,
Aquel momento en que se marchó sin decir adiós;
En el mundo quede muy solo sin ella.
Sé que la ame, aún la amo, es verdad,
Un amor así es muy difícil de olvidar;
Con su muerte se llevó mi corazón, mi alma,
Mi deseo, mi esperanza, mis ganas de volver a amar.
Bajo mi mirada, prosigo mi camino…
Las estrellas son testigos de mi amargo llorar;
Al caminar pausado me pregunto
Si por ella yo aún pude haber hecho más;
Es algo que nunca más sabré,
Porque en una tarde de Mayo
Se fue la que jamás ha de volver.
Jomer Malaya