En la distancia
surgió un romance
y fue breve la estancia
pero curó
soledad y abandono.
Fue mutua
la necesidad
de aceptación y compañía
en un ámbito frío e indiferente
quizá un poco indolente.
Nos hizo unirnos
y disfrutar la pasión.
quiso establecerse
de manera especial,
con un pequeñito angelical.
Pero se despidió
Sin nosotros darnos cuenta.
Y esta historia
transformó nuestra existencia
quedando en la memoria
un romance que no tomó en cuenta
espacio, tiempo y la enorme distancia.
Han pasado los años…
y esbozamos esos momentos
sin que el recuerdo cauce daño,
se mantiene en la distancia
un cariño sincero
como buenos compañeros.
©Mirna L. Carranza Archila