En el crepúsculo de esta noche apasionada
todas mis perversiones internas él desata,
con ardiente lascivia de extremo a extremo
besa mi cuello, provocando sensual vaivén
de mis caderas sobre su fiera.
Suave y despacito retiro su camisa,
mi sostén con delicadeza él desata,
un solo minuto no pierde mi lengua dentro
de su boca, mientras mis pechos ya
desnudos sobre el suyo se frotan.
Nuestras respiraciones ya se agitan...
el resto de la lencería con prisa retiramos,
la rosa de mi jardín entrega la humedad a
sus manos y cada pétalo complaciente él
se abre.
En cambios inquietos de posiciones...
Lo domina la postura de mi boca a mitad
de su cuerpo, con eroticas succiones mis
gemidos libero y en vía contraria de mi
sonrisa vertical él se adueña.
Todas las obscenidades de mi boca se
escapan y en otro cambio como Leona lo
cabalgo, llega el momento preciso y
exacto... y con sus manos apretando mis
glúteos lo alcanzamos...