Yo te diera un beso
si para salvar la distancia
acercaras tus labios,
y ya despedidas
no hubiese más palabras.
Si con tus ojos en claustro
me buscares un poco
con el corazón encendido,
y un pensamiento solo
de juntar nuestras almas.
Pero es tarde. Es muy noche.
Se escucha la silbatina que hace de reloj
porque son las doce.
Ya será mañana cuando te bese.
Dejemos el vasto concierto
en que se derrochan nocturnales
los cantores escondidos
para decir adiós en su bullicio.
Pero suelta la trenza que ata
tu cabello como oscuro río
por donde vaga apacible
sin prisa alguna mi mirada.
Yo te diera un beso
para salvar la distancia,
pero ya será mañana
... mañana.