Con la piel de terciopelo,
y suspiros de colores,
nació sembrado ilusiones,
de una gota de rocío.
El viento azotó su frente,
pero siempre su sonrisa,
fue reciproca a la brisa,
que cada mañana el mar,
benévolo le regaló.
Supo coger de la vida,
la música y la armonía,
sacó de su sinfonía,
las notas que le brindaban,
paz, alegría y amor.
Y con cariño y esmero,
parió al hombre primero,
dándole en cada mirada,
un pedacito de sol.
Curtida por los desaires,
sigue luchando la vida,
mancillada y ultrajada,
contra sociedades lidia.
Pero ella sabe bien,
que es dadora de vida,
pues en ella vive intacta,
la semilla de la tierra,
el polvo de las estrellas,
convertido en corazón.
Dolores Egea( Lolaila)