Se fueron, ha quedado, sólo el final silente,
y de morir paredes, junto a sus idos dueños,
no sus grabadas voces, pues estarán presente,
en la inmortal memoria, del corazón y sueños.
El espacio ha quedado, en caminar vagando,
entre pisar vacíos, luz y al calor tapando,
ya se dejó de hablar, y la mudez reinando,
allí, en la sola casa, y en plenitud pintando.
El enfrentar destinos y de torcer la vida,
como final fatal, la defunción venida,
queda el señor silente pensando, allí, la ida,
y caminar pasillos a la mudez vestida.
Atravesar la muerte, preservación humana,
ad infinitud es, toda parece vana,
con materiales bienes, dinero, no se gana,
sino el amor genuino, la rectitud ufana.
Vida luego de todo nos quedan gratitudes,
la ocasión de aprender de las vicisitudes,
de los yerros y aciertos, y todas las virtudes,
los espíritus, almas a supremas celsitudes.