Mientras pienses en mí
no habrá incertidumbre,
sabré que habito este cuerpo
que, a menudo, parece truncarse.
Mientras pienses en mí
sabré que me encarné
con ese irrefrenable empeño
de ir envejeciendo,
y que no soy un sonámbulo reflejo
perdido en las latitudes de los sueños.
Me imaginé en tus ojos
como sal en el mar de luz de tu mirada.
Me reconocí, palmo a palmo, en tu piel,
en su diáfano dialogar con mi tacto.
Me adiviné en el lánguido morirse
de cada sílaba del nombre que me has dado.
\"Arena en los bolsillos\" (2015)
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