Hay una abejita
que está muy cansada
de llevar el néctar
del jardín a la casa.
Siempre hacendosa
desde la mañana
era en la colmena
la que más libaba,
por eso su aguijón
de punta amellada
y sus dos alitas
un poco quebradas
le impiden salir
como acostumbraba.
La abeja del cuento
se hizo anciana
y ahora silenciosa
en la colmena aguarda.
Hay otras abejas
de su misma casta
que le salen al paso
de forma entusiasta
y le dan aliento
con dulces palabras,
le devuelven la moneda
con que ella les pagara
y entre abrazos y besos
le alegran el alma.
Hay otras abejas
que le dan la espalda,
olvidaron que ella
siempre dio la cara
para enfrentar la vida
en duras batallas
y luchó por ellas
cuando hizo falta…
Hay muchas abejitas
que eso les pasa.
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Autor Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.