Y te mueres del miedo, cuando te ves a ti mismo ante este abismo, blanco.
Blanco como ese par de paletas que resaltan entre esos labios.
Blanco como mi cabeza, como mi pensar en el momento en el que el sol se escurre por las cortinas de la ventana y me choca en los ojos, y te choca en la hermosa circunferencia de tu cuerpo.
Blanco, blanco.
No hablemos de valores, hablemos de los colores.
Colores que generas en mi alma, en mi vida. Te veo a ti, pintando el óleo de la vida, junto a mi.