La inmortalidad en la que creo
me lleva a pensar en tus deseos
anhelos como mujer,
pienso en las miles de preguntas
sin respuestas que van en rededor
de toda la circunferencia de tu creación.
Es delirante pensar en ti,
los átomos del ánfora de mi alma
resguardan mil sentimientos
que evocan gracias a tu mirada.
Ese momento cuando se cruzan
tus universos con mis humildes ojos
todas las partículas de mi ser
comienzan a entonar una sinfonía
una armonía de vibraciones
emociones de amor,
por el deslumbre de tu corazón.
Me queda la perpetua luz
que arde debajo de mis costillas,
ilusionada en el volver a tomar
los delicados trozos de tu vida,
los fragmentos dulces de tu amor.