Había un jardín
de flores muy blancas,
de tiernos aromas
con dulce fragancia,
con mil colibríes
que adornan la estancia
con aves y mariposas
que batían sus alas.
Hablar de ese jardín
me destroza el alma
porque la maleza
lo azotó cual plaga
opacando su belleza
y restándole gracia.
Dañó su follaje
invadió sus ramas,
carcomió sus raíces,
lo dejó sin nada,
y el pobre jardín
no sabe que pasa.
Mariposa y colibríes
que eran su estampa
levantando vuelo
del jardín escapan
y hasta sus aves
se van y no cantan,
porque al mirarlo
lloran la desgracia
de aquel jardincito
de flores muy blancas,
que se parece mucho
a mi pobre patria.
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Autor Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.