En el arrecife de los días,
canon sujeto
a la abrumadora distancia
que separa los ánimos
de mis pensamientos,
difunde ansias a las noches,
atmósfera de flagelo y desconsuelo
que cobija las mañanas
con el infalible anhelo
de sentir el alba en tu mirada,
la luz de tu piel en mis dedos,
ver el brillo de tu sonrisa,
complacer mis sensaciones,
desnudar tus besos
encontrando en ti...
entrega sin miedo
del alma y tu cuerpo,
con la misma confianza
con la que depositan su luz
las estrellas en el cielo.