Aún espero ver llover en medio de este verano,
ver el amanecer del fuego que un día proyectaron tus ojos,
aún espero que este adiós, sea para siempre, o,
al menos el adiós de esta vida, ya veremos la siguiente.
Fueron veinte y tantas veces las que espere tu regreso,
una y otra vez y una mas el viento susurraba que no,
“No esperes mas muchacho de ojos tristes,
La damisela que creíste, jamás existió”
Te he esperado ya a lo lejos,
verte regresar con tu bolso sobre el hombro,
los “jean´s” apretados, la blusa suelta como te gusta,
Tu cabello danzando al ritmo del viento, pero que va,
Solo han sido sueños.
Que esperaba, si lo único que tuve para darte fueron flores,
Un trocíto de mi corazón, pero el mas puro,
muchas palabras vacías y un silencio mudo;
deseos bajo el firmamento, tardes de verano,
paseos en autobús, amantes de labios
Miradas cruzadas, susurros en la noche.
Es cierto, no tuve nada para darte.
Este es un día mas de otros tantos de Abril,
sin la hermosura de tu cuerpo, sin el negro de tu pelo,
“Entre licores y tinta, aun espero la promesa de morir entre tus brazos”
en esta ciudad que ha perdido ya su brillo,
y ya no es tan bonita, como algunos la mencionan.
Fueron veinte y tantas veces las que soñé contigo
Y desperté sin ti,
sin mis dedos perdiéndose en tu cuerpo
sin poder saciar mi sed sobre tu pecho
sin los años, sin los momentos,
y a cambio de ellos,
una triste nostalgia recorriendo mi cuerpo.
Aún espero dejar de amarte
Pensárte,
Escribirte y,
Soñarte.
Aún espero que mis ojeras de contar nuestra historia,
aún espero perderme en el infinito, y ya ni siquiera entre gritos,
distinguir tu nombre;
Aún espero entender que nuestro tiempo ya pasó,
y mis versos,
aunque se aférren a ti,
estarán sepultados en el pecho donde iba el corazón.
Adiós mi amor,
Aquí se muere nuestro Abril.