El mejor regalo, una sonrisa ¡Que familiar resultaron tus palabras! Reflejo de un constante pensamiento Que en mi alma anida desde hace mucho tiempo Ese que hoy dejas aquí manifiesto… Ah Diluz mucho me temo que tal propósito que en él buscaste Ese de despertar las conciencias que fue reclamo para algunos leerlo A saber, creo que a las almas que subscribimos tú manifiesto Más en aquellas que pretendes hacerlo pienso y ojala no sea acierto Que o bien no captará su atención porque no están puestos en ello O pasarán sobre ello de espaldas a su luz y al mundo entero Para volver a vestir de apariencia el ropero, tengan, o no tengan, dinero Porque “antes muerta que sencilla…” la semana pasada ya lucí esta chaquetilla Hoy me compraré una nueva que tengo que ir al estreno. Así fácil es que quede en el tintero o dormido pasando el tiempo Así como viven algunos la vida entre la vanidad y el dinero Dormidos entre nubes de algodones que ellos tejieron Ahogados en sus apariencias sin salir a flote más que para mostrar sus trapitos nuevos Cómo despertar sus consciencias si en coma profundo cayeron Y solo despiertan al sonido del dinero, a la fragancia de Chanel o si tienen zapatos nuevos Solo la falsa belleza atrae sus “intelectos” Y como no la imagen hermosa de un bello cuerpo Les encanta el envoltorio sin importar que se encuentre dentro Cuanta conciencia dormida dejando pasar el tiempo Bien al lado de la vanidad porque la humildad la perdieron Algunos llevan una pantalla especial que los hace ajenos A las injusticias del planeta y a los sentimientos verdaderos A los valores perdidos en este nuestro mundo, al que nombramos primero Cuando lecciones de humildad y valores nos podrían dar en el tercero