¡Oh! mi niña Elena
si mis labios no besas
me vestiré de luna
y pena
para ver desde lejos
esta condena.
Tristes mis manos
huellas sin tiempo
acarician mi cálamo
sollozando mis arcanos…
¡Escribo mis versos!
Sombra eterna
que mi alma muta
agitan las aguas
de mi sangre oculta.
Del frío mármol
se hace mi lecho
no está tu esencia
sobre mi pecho,
solo una flecha
veneno y tiempo
se incrusta en mi alma…
amor pasajero.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Argentina – 03-04-2017
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