Qué triste es escribir sin que te lean,
echarte a navegar sin tener barco,
sin pies para meterlos en un charco,
ni luz alrededor y que te vean
así pongas un marco.
Sin rumbo ir rebotando a la deriva
con alma de ingnorante o de indigente,
sin madre a que adorar, que no esta viva,
sin ansias de volar en parapente
cual ave que es furtiva.
Qué triste es soportar a la tristeza
y a un dios no percibir que encomendarte,
ni flor a que admirarle su belleza
o a ti mismo mirarte y no encontrarte
tocando tu corteza.
O ser sin sol de algún paraje oscuro
cual agua vaga absorta por el río,
colilla descolgando de algún puro
o ser un estertor de escalofrío
la espalda de un vil muro.
Sentir que estás ahogándote en tus flemas
sin nadie que a salvar venga al rescate
y llega dios a darte jaque mate
y observas con dolor cómo te quemas
tan loco de remate.
©donaciano bueno
http://www.donacianobueno.com/