Carlos y su reflejo
en el espejo
sucesión
de si mismo
al infinito
cada mañana
se miraba
en el desquicio
del espejo
anunciándole
que algo no estaba
como debería
entre él y la vida.
Arreglaba su corbata
al tacto de la mano
tomaba sus cosas
abriendo la puerta
saludando con la voz
sin que nadie respondiera
a esa ausencia
y salía
a la calle
donde todos mostraban
sus espaldas
sin caras
y corbatas hechas
de memoria
con las manos.