áridos recuerdos
pulsados en la consciencia
levita el germen de las imágenes
en aquellas cartas tartamudas del siglo pasado
moho que muda la piel estancada
de soslayo el árbol sin verbo
se desfoga en desalientos de musgos
la deriva corporal propone
una sugestiva imitación de sábanas vivas
en la que el mar eclipse tu ceguera
posesa ceremonia del té
la insulsa mosca en su trapecio
y el tintineo de loza
que adelgace la silueta vestigial
es el vigor de lo cotidiano
que alberga frenéticos destinos
la sutil inteligencia del amor impensado