De azul y blanco los prados se visten
con no-me-olvides que cubren la tarde,
en el edén que ilumina a las flores
donde la luna se baña desnuda.
Con estrellitas celestes se envuelve
mi corazón aromado de dicha,
oh, gran amor que no olvida mi esencia.
En esas olas azules aún vive
ese cariño anhelado y muy tierno,
en las violetas se siente su encanto
y como un ramo su talle tan dulce.
Es la nostalgia de tiempos hermosos
que han llenado de estrellas el río,
sobre sus aguas de seda tan suave
quedó estampado un suspiro del alma.
Lupercio de Providencia
Nota: La luna se baña desnuda
en el Río Calle-Calle al sur de Chile.