Aquí también se respira tristeza y soledad
De donde te apareces hoy,
precisamente hoy
que desgraciadamente te recordaba,
que ropas vistes, toda desaliñada,
si hasta pareces un cadáver
que se escapó de algún panteón.
Y encima tu boca me dice te amo
amor, perdón, perdón amor.
No, ¿que te pasó? ¿ tú no eras así?
hasta donde te recuerdo,
siempre fuiste sensación,
la mujer más codiciada,
La mujer que por sentirse la elegida
un día a pesar de mis ruegos
de mi lado se alejó.
Pero, bueno, dices que soy todo
lo que te queda en la vida,
gracias, no esperaba menos,
al menos hoy.
Donde dejaste tus pretensiones,
en que sábanas tu vida se acabó,
cuando dejaste de ser el primor
de tantos hombres;
Pero entra, así dejaras de temblar
como un perro allá afuera,
pasa, tomaremos un café.
Por tu apariencia,
veo que no la estás pasando bien
hueles a soledad, a tristeza,
si hasta pareces una muerta, un espanto,
como pudieron abandonarte así,
toma tu café y deja de llorar
que en esta casa así llorábamos,
esperando largas noches por ti.
Ahora yo soy el padre y madre de mis hijos
ellos ya crecieron tanto
y casi siempre se acuerdan de ti.
aprendí a cocinar para ellos, a lavar, a coser,
mi escondite desde que te fuiste
siempre fue esta parte de la casa,
aquí abrace a la soledad,
con mi dolor a cuestas lloraba cuando
los niños no estaban en casa,
y siempre evitaba ponerme triste
cuando jugaba con mi pequeña,
¿la recuerdas? también lleva tu nombre.
Todo está en orden,
siempre me gustó ser perfeccionista,
pero a pesar de todo,
aquí también se respira tristeza y soledad.
Los cuartos ya no se alborotan con los gritos
de los muchachos y los espejos están opacos
y hoy un poco más limpios, pues hoy,
es un día muy especial,
hoy me visitan nuestros hijos
porque a pesar de todo también son tuyos,
vendrán a celebrar mi cumpleaños
los que por cierto, olvidaste tú.
Límpiate esas lágrimas
y ven, acércate,
tú no sabes cuándo crecieron,
una trae a su esposo
y el otro a su mujer, que ya dentro de poco
nos hará abuelos.
Ven, abrázalos, ellos ansiaban tus brazos,
te extrañaban tanto y no te atormentes
en sus almas no existe rencor.