Ya no escribiré más versos
en el consejo de la inspiración.
De ti recordaré los besos
en la nostalgia de mi adiós.
Adiós, musa itinerante
cuando el verso en mi alma nacía.
Yo que por tanto amarte
¡todo, todo lo daría!
Ahora es la despedida
tan parecida a la muerte:
¨Deja todo a la deriva
del arbitrio y de la suerte¨.
Adiós musa, inspiración y vida.
Dejaré escrito en mi epitafio:
¨Aquí yace conmigo escondida
la que me causare tanto agravio¨.