Vito_Angeli

Un mensajero del amor

Un día, de la nada, se poso un pajarito en mis hombros:

tenía todos los colores que un ángel podría imaginarse.

Era chiquitito como un puñado de soles entre las manos;

bailaba al escuchar el silbido del viento enamorándose;

me hacía caricias de caramelo con su alita de porcelana.

Había viajado tanto que tenía algo para decirme primero;

venía cual mensajero de un lejano reino para estar aquí:

el mensaje era de mi amada diciéndome nada cambiaría

por verme un par de segundos para alimentar su corazón.

En contestación, le envié a mi amor otro mensaje secreto:

en él decía que no importa el tiempo ni la distancia larga

porque siempre te tengo presente y nunca la voy a dejar.