Quiero oir tu voz mientras me dueles
en el recuerdo en que te invoco.
Ser el pensamiento cuando te desveles
y me recuerdes al menos un poco.
Un poco de nostalgia y añoranza
inmarcesible como el mar con olas
en que mis palabras no te alcanzan
como cuando estás a solas.
Me dueles, mujer, ¡cómo me dueles!
Si tan sólo pudiera oir tu voz
y reconfortaras mi alma.
Yo sé que no me quieres
con la fuerza misma del amor
de aquellos seres que se aman.
Dueles como el amor en que gravita
lleno de esperanza y de muchos sueños
en un corazón donde habita
la inquietud de todos mis desvelos.