Hagamos ahora un dulce piquete
y pongamos freno a la soledad.
Plantemos un árbol justo en el olvido
para que pueda pasar la memoria
mostrando los rostros que abrieron tu pena.
Cerremos las puertas a las desventuras
y hagamos fogatas frente a la mentira.
Derribemos máscaras de falsos mesías
que burlan el sueño del que aún espera.
Cortemos el camino que trae al que lleva
tu sol de esperanza en cada cosecha.
Hagamos un piquete con malvones rojos,
con espuma tibia de leche ordeñada,
con plumas de alas de ángeles blancos
y el ritmo azulado de un bello poema.
Piquete a la angustia
con caldo de rosas
piquete al corrupto
con ramos de ortigas
piquete al ausente
con miles de abrojos.
Piquete al malvado
a los que no sueñan
a los que no vuelan
a los que no escuchan
al que hiere al alma
al que trae el hambre
al que menosprecia
al que roba arados
al que pone precio
a tu libertad.