Encantadora, no como cualquiera, una doncella espectacular
y con una mirada que me obliga a atenderla.
Y tu cuerpo esbelto y delicado,
te aseguro que con una caricia me llevaría directo al éxtasis.
Como un pétalo liviana, tan sensible y en ocasiones volátil,
que se encendería con el fuego de mis besos,
enloquecidos por rozar tu piel y percibir esa humedad de tu lengua exquisita.