Doncella bonita te ruego mi indecoro absolver,
durante tres veranos y tres inviernos
mi corazón lo has embelesado,
pero con sigilo el capricho falso del amor
en un acto vespertina mi anhelo por ti lo secuestró,
el sabor amargo de remordimiento la presencia tuya usurpó,
la cual tanto alegría me regalaba
Me pregunto de donde vino esta traíción del amor,
que de nuestras sábanas tu tierno calor quitó,
dejando noches frías de resentimiento a padecer,
miro a tus ojos inocentes,
que una vez mi pasión libidinosa inflamaban,
mi imagen atormentada ahora en ellos veo
La picadura perniciosa del amor abomino,
me ha cegado de tu sereno semblante,
la escarcha invernal la flor de Amor la marchitó,
mientras a este hecho impotente me quedé,
porque mi corazón de anhelar tus delicias dejó,
pero atrás de la máscara de sentimientos aparentes
no me voy a esconder, ya que fingimiento
nunca era un juego de gracia
La foto por cortesía de David Robert Sugg