Hoy espere
encontrar a aquella
inspiración,
aquel ser de luz
que ilumina la noche,
aquella musa inspiradora
de todas mis letras
pero no está;
hoy su ausencia
me deprime
porque ahora
mis letras desaparecen.
La aurora nocturna,
es de mil colores,
pero su resplandor
no consuelan mi inspiración.
Hoy me has condenado,
bella musa, al vació
que genera tu ausencia
a sentir a mi alma
oprimirse en un rincón
donde intenta ver la luz.
Una pequeña esperanza
de que aun salgas
y me des la visión
de aquello que se convertirá
en mis futuros versos.
Tranquilidad, y paz serena
le das a mis noches eternas,
hechas un tormento,
una lucha que cada noche surge,
apasiguandose en el día,
para en la siguiente noche
volver a aparecer.
Las luces se van apagando,
te pido por favor que no me dejes,
que no me prives a verte
noche tras noche resplandecer
en medio de la oscuridad.
Ven, mi bella Luna, tan solo ven
las noches dejan de ser especiales
con tu ausencia.
Eres única, eres especial,
ni en mil años,
podría nacer otro satélite
e igualarte, por eso ven
y ayuda me a inspirarme.
Mis versos entran en el oscurantismo,
tengo miedo, tengo terror...
ni siquiera las palabras
volverían a ser las mismas,
ante tu ausencia.