Cortando unos limones ,
sentì una sonrisa del àrbol ,
y me decìa es tan grato ,
entregarte mis frutos .
Porque los cortas con delicadeza ,
ademàs que me pides permiso ,
y agradeces mi cosecha .
Y yo respondì ,
tù sabes que te quiero y admiro ,
en cada cosecha procuras ,
ser màs productivo .
Y asì seguì conversando ,
con mi conciencia ,
mientras me preparaba ,
una refrescante limonada ,
y agradecìa otra vez ,
por la exquisita fruta ,
que tengo tan a la mano .
Y procuro abonar con cariño ,
y regar constantemente ,
este hermoso limonero .
Me dije cuando seremos ,
como los àrboles frutales ,
que saben entregar sus frutos ,
sin distinciòn gozàndose ,
de que los disfruten .
Creo que lo podemos hacer ,
si logramos abrir nuestros corazones ,
y dejamos fluir la esencia de este ,
que es el amor .