Cristo zaherido y desnudo
un silencio atronador te acompaña
tu mirada pide clemencia
vas a entrar depojádo
como un desheredado
en el templo de los grandes fastos.
Yo ne quedo en el mundo hablando
contigo, a qué tanto castigo
para el más solidario de los amigos.
Pero por ahí viene tu madre
y la noche es menos noche ¿Quien
le iba a decir al poeta que pudiera existir
tal maravilla? Dos hermanas
una mas gitana y marinera y la otra
desde siempre ancláda
a su tierra, despierte el alma
que tu calle es más calle y a tu balcón
ya no le hacen falta macetas
así, es Sevilla una gran contradicción,
celebra la dolorosa pasión
con una desgarrada saeta
Sevilla ese imposible mundo de duelo y fiesta.