Pedro, el del bar
jamás he visto sus pies
como si él perteneciera a la barra
siempre
vi la camisa blanca
las manos y su cabeza
redonda
como un mundo
con cara.
Pedro
era el Dios de un universo
desquiciado
de solitarios y penitentes
que cada noche
comulgaban
con beber sus vidas
el la barra del bar.
En su rudeza
Pedro
cobijó al desgraciado
para que su ingreso al infierno
llevara
el perdón
de un hombre
que carga las historias
de los que como yo
llego a él
como si fuese
quién
guarda la puerta ciega
del destino.