Esteban Mario Couceyro

La puerta ciega

Pedro, el del bar

jamás he visto sus pies

como si él perteneciera a la barra

siempre

vi la camisa blanca

las manos y su cabeza

redonda

como un mundo

con cara.

 

Pedro

era el Dios de un universo

desquiciado

de solitarios y penitentes

que cada noche

comulgaban

con beber sus vidas

el la barra del bar.

 

En su rudeza

Pedro

cobijó al desgraciado

para que su ingreso al infierno

llevara

el perdón

de un hombre

que carga las historias

de los que como yo

llego a él

como si fuese

quién

guarda la puerta ciega

del destino.