No esperes de mí.
No esperes de mí nunca más que lo que me has dado,
no esperes comprensión ni paciencia sin reciprocidad,
no confundas educación ni buenas formas con amistad,
al fin y al cabo cada uno tiene lo que se ha buscado.
No esperes de mí que olvide tus agravios,
para mí mi memoria es un yunque de avisos,
tanto de negativos como de positivos,
yo no creo en católicos ortodoxos.
Ahora bien si tu cambias, me pides perdón,
tanto con hechos como con palabras,
al menos apartaré mi yunque, y te dejaré estar,
en mi fragua cerca de la conmiseración.