Raúl Navarro

Naturaleza

Dios, pon en mi corazón acongojado

tu mano, quita de mi alma las querellas,

has que brillen y palpiten las estrellas

en este mi cielo que hoy luce tan nublado.

 

Concédeme leer la carta de amor sublime

que escribiste para mí en la naturaleza,

y al hacerlo halle reposo para mi cabeza,

y paz para mi corazón que a diario gime.

 

Y volveré a sonreír las tardes bellas,

disfrutaré boquiabierto de las hermosas cosas,

los árboles, las aves, montañas y rosas

porque veré tu rostro en cada una de ellas.