La mesa servida en espera
la cena que se enfría
el rincón oscuro,
polvoriento a donde nadie mira
Los recuerdos que se amontonan
y asaltan a cada ratos en turbas bravas
las lágrimas se apiñan en mis ojos
y vuelvo a ver claros como el agua:
motivos, culpas y posibles vidas
retengo las lágrimas, o lo hace el viento
una docena de pupilas me miran, interrogantes,
se siente el aire caliente cargado de humedad
me siento incomodo dentro de mi mismo
ya no quiero existir ,
no soporto las culpas de todos los hombres
veo el perro vagabundo, al pobre en su bajareque
al herido, al ciego, a los muertos, mis fantasmas
las vidas cortadas en plena juventud
un montón de cosas que deberían ser
pero nunca fueron
las lágrimas no salen
se limpia mi vista y ...,
algo haré