Diego Nicolás García Contreras

ecos (5)

Algo que se alimenta de mi cuerpo ya está tocando mi alma. 

He envilecido mi materia y antimateria en una fiera batalla de dientes. 

Y continúan las espadas crujiendo en los cielos como relámpagos. 

Golpe tras golpe me azotan todas las primaveras. 

Atorandome la cabeza entre dos barrotes que me impiden la calma y me entregan a la muerte prematura. 

Es tan absurda la imagen que ninguno en mi quiere hacerse cargo. 

 

No sé sus motivos

Pero de seguro se han humanizado demasiado.