¡Oh! Geisha del perfume, olor del Kandagawa,
e himno de pan de flauta... ¡tú!, quiéreme oriental;
nipona de kimono suave de azul coral,
llévame de Perú al edén de Okinawa.
Tu mirada: dos surcos, dos sonrisas opuestas;
cúbreme de la lluvia, sombrilla unicolor...
bésame con el kigo de un senryü sin dolor..
no digas ¡¡sayonara!!... idilios de las siestas.
Quiéreme, tu honorable amor soy: tu sensei;
soy solo un prendedor y agua de las gardenias.
Ámame entre crepúsculos y rayos de neomenias;
estoy por ti arrestado... soy samuray, soy rey.
Ámame del Pacífico, ya llévame a Japón
y será este y oeste un solo corazón.