Orden;
Nos confortamos en la calma
De rumiar el tiempo en cada espacio
De silencio, volcados de bruces al campo
Eterno, Escuchamos el arrullo de los ríos
Y las formas del grabado, desarrollamos
Los sonidos y la danza, transcribimos
La tenue forma del amor del fuego
Hacia la noche, nos sumergimos
En los secretos de la luna, vocablos
Mágicos, sobre el viaje intermitente
-Que trataba sobre una ilusión consistente-
Saltamos de un lado a otro, entre vivos
Y muertos, todos fueron conocidos por nosotros
Aprendimos a leer el futuro en las hojas
De bebidas y en las astilla del fuego
Pero no nos quemamos hasta luego
De ser disueltas nuestras cenizas en agua
Cultivamos la belleza que del sol se desprendía
El lirio nutriéndose crece todas las primaveras
De los podridos pétalos de extintos lirios
Buscamos lo bello antes que lo libre
Por el fulgor de la diosa materna fuimos cautivados
Y el espacio murió fuera de nosotros, nosotros
Hombres sagrados en el silencio, vivimos lo eterno
/antes de aquel doliente parto inesperado/