rosamaritza

GALERÍA EN EL SUBTERRÁNEO

 

Estoy segura que esta es la dirección, y hasta tengo el croquis en las manos, pensándolo bien esto es una ensalada de pasillos, que se pierden entre siga derecho y cruce a la  izquierda y en la librería cruce de inmediato a la derecha, siga sin desviarse y luego tome las escaleras mecánicas, ¡alerta! usted a llegado al pasillo principal que a su vez le ha de llevar al otro nivel, tome el anden y al llegar a la transferencia siga la flecha que indica “Gran exposición de pinturas”, ¡aleluya he llegado!. ¿Pero que es esto? Si aquí mismo puedo ver que tenía una entrada directa, se lo dije y no me hizo caso, solo quería que yo me perdiera en este laberinto de croquis que solo a él se le ocurre hacerme, y yo de incauta le seguí la corriente. Claro a él no le gusta el arte porque no sabe apreciar la belleza que expresa, es la razón de haber intentado que yo no encontrara la dirección y así me perdiera en los pasillos del subterráneo. El croquis lo hice pedacitos y los tire a un cesto de basura.  Lo que él no sabe es que yo al identificarme con un cuadro, es cuando fácilmente y sin el más mínimo esfuerzo soy capaz de perderme totalmente en otra dimensión.  Es algo que no se explicar, y a la vez me sumerge totalmente dentro de la pintura, hasta el punto de percibir en cada forma, línea, color, espacio y mucho mas un sin fin de sensaciones.  Por ejemplo este que ahora estoy viendo, me invade por completo, no soy capaz de resistir la seducción que me atrae hacia el.  Mientras el resto de la gente intenta apreciar desde otra perspectiva o quizás un mejor ángulo que le brinde la vista, se rinden al ver que estoy totalmente paralizada o mas bien yo diría hechizada, y en ese instante  soy una con el cuadro que atrapa mi mirada o mas bien mi alma, hasta el punto que ya no estoy allí, solo mi cuerpo lo esta. Logro fusionarme con el sentir del creador de tanta belleza,  hasta el punto de regresar al momento en que el artista observa el lienzo totalmente en blanco, y puedo ver su profunda miranda ideando la forma, si yo lo veo claramente, como traza cada línea y saboreo cada momento junto con él. ¡AH!, y aquel instante, es el brillo en sus ojos que anuncia triunfal al concluir su gran obra maestra. Y ahora yo formo parte de la magia, que hace posible la realidad de tan sublime sentir, y es que mi alma es una con él y su creación.  – “¡Señora, señora!”, disculpe es hora de cerrar la galería.  Y le contesto aquel buen señor algo molesta: -“no es necesario que grite, ya le escuche”.  Al salir del salón de la exposición de pinturas no tenía ni la mas mínima idea de cómo encontraría otra salida ya que la mas próxima estaba cerrada, quizás debido a lo tarde que se me había hecho en la galería, y eso me dejaba una sola opción regresar por el laberinto del croquis que bote al ver que tenía una entrada mas cerca. Vacié el cesto de basura en vano pues no aparecieron los pedacitos del croquis y por si fuera poco el vigilante me llamo la atención, al explicar la razón de tal acto, el cortésmente me indico en un croquis mental como encontrar la salida mas próxima. Ahora si es verdad que mi mente es una mezcolanza. Luego de perderme tantas veces como jamás me había perdido en la vida, finalmente logre encontrar una salida. Mientras transitàba por la avenida, una imagen cual película paso ante mis ojos, un farol  ilumina la camineria de un parque y el lago.  Mire a los lados y comprobe que ya no estaba en la galerìa y sin embargo parecia estarlo, y me dije “¿acaso aun estoy dentro del cuadro?”///

Y la vida continúa …