En dicha se halla el risueño fruto
que en crisálida hubo yacido.
Pese a que en pena fue traído,
de la esperanza es ya tributo.
En tinte azucena plasma su ser,
como ángel virgen de pluma alzada.
Permanece callada su balada,
y en veta de oro pigmenta su sien.
Con tierna mirada de porcelana
ensalza la gracia de sus luceros
y abraza risueño a su madre
en el albor de la mañana.