Nuestro primer y último beso fueron irónicamente perfectos, tan incroguente-mente mágicos, tan contradictoriamente llenos de sentimientos, pero por su parte nuestro ultimo contacto visual estuvo tan dolorosamente distinto a la primera vez que nuestros ojos se hicieron el amor, disculpa se miraron, se conocieron, nuestro contacto visual buscaba eso, buscaba la magia que hubo segundos antes con el tan dulce beso, pero no estaba, no existía, en lo único que concordaban era en que había amor, en ese beso hubo amor, en nuestras mirada hubo amor y eso nos dolía, debíamos dejarnos ir existiendo amor, eso que nos mantuvo unidos tanto tiempo y que en este momento ya no era suficiente, pero había amor, era lo importante, hoy no solo es tarde, hoy ya no lo hay, hoy ya no lo habrá, pero lo hubo y eso nos quedará siempre, eso nos doldrá siempre, siempre que pasemos uno al lado del otro por la calle y actuemos como desconocidos, porque hubo amor.