Hola Dios, cómo has estado?
Cómo te ha tratado la eternidad?
Verás, estoy un poco sorprendido
No creí encontrarte en este lugar.
Crecí venerando tu divino nombre
Temiendo tu ira, pidiendo tu piedad
Mas una vez pude me sacudí de ello
Y ya adulto negué tu existencia
Nada más...
Encontré mil razones para esto
Desde evidencia científica, hasta
El día a día de la cruda realidad.
Viví a plenitud olvidando que un día
Rezaba de rodillas por clemencia
Para toda la humanidad...
Y míranos ahora, sentados frente
A frente. Mis dudas se disiparon
Ante tu presencia monumental.
Recuerdo que antes reía, y decía
Que ardería en el infierno, o quizá
Me quemaría fuera. Daba igual.
Me daba igual...
Me tiendes la mano y me sonríes
No me dices nada. Solo me invitas
A la eternidad. Viviste tu vida, dices,
Y amaste plenamente. Sonríes.
Lo importante en la vida es y será
Amar de verdad...
Amar plenamente
Amar sin reservas
Amar y ser amado
No se necesita nada mas...