Si por tenerte un día
cual manjar que me deleite
ni la más dulce ambrosía
podría quitarte en mi mente.
Son tus versos un manjar
apetecido y soñado
que me convierten en mar
apenas me cantas temprano.
Tu manjar es mi alegría
si con voz almibarada,
el dulzor de tu poesía
me susurra desde el alba.