Solo dos es permitido, y son nada más y nada menos que 12 pisos. Algo que no se me ocurrió pensar el día que decidí vivir en el último piso de este edificio. Pero como pensar en pequeñeces ante la vista que ofrece el gran ventanal de cristal de aquel pequeño apartamento. Y además hay mucho mas para el colmo de los colmos, todo esto es sin contar cuando sientes aquella ansiedad de llegar a tu calientito hogar y el ascensor muestra en la entrada un letrero que dice: “averiado”, en fin ya no tiene caso pensar en eso, solo tengo una opción subir o no subir y entonces tendría que dormir en la calle, o no en una plaza y soñar con el día en que quiten ese letrero, que se ha hecho rutina al parecer en todo lo que ha creado el ser humano, es por eso y mucho mas que cada vez me atrae mas la montaña, si,si, ya lo se, la pregunta es ¿y los animales que viven allí,? quizás solo quizás si aprendo a vivir respetando su espacio, y viceversa es posible que nos entendamos mejor, lo cual difiere un poco o mas bien bastante en la civilización. Para muestra un botón, así diría la abuela. Había comenzado el invierno el frío calaba los huesos, así que lo mejor era que comenzará a subir, uno a uno piso por piso y saludara a todo vecino que me encontrara en las escaleras. Don pepe ¿como esta?, ya falta poco para usted llegar a su piso, -“¿pero que pregunta hacen algunas?, pues viendo tus piernas no podría estar mejor”. Es un viejo baboso y siempre que uso la falda más corta me lo encuentro en todas partes. Clementina si que matará de un infarto a Don Pepe, le he visto hasta el alma y de paso la blusa es trasparente, y a donde irá todas las noches a la misma hora. “Amiga recuerda estas invitada cuando quieras unirte al clan de las chicas solteras”, solo avísame y la pasarás muy bien, te dejo la avioneta no tarda en salir. No tengo ninguna duda de eso pero el trabajo y el ascensor a veces no me deja un solo respiro, ahora veo subiendo a la señora Cruz, pero que barbaridad ella sola con los niños las bolsas, y su marido solo lleva una lata de cerveza en la mano, no se quien es mas animal si ella o él, creo definitivamente que es ella. Ahora veo a unos chicos perdiendo su tiempo y la salud en las escaleras en medio de una humareda que me provoca vomitadera. Caramba no sabía que tenía un vecino sacerdote, y por el paso que lleva creo que va a dar la extremaunción a uno menos. No lo puedo creer a quien se le ocurre mudarse el día que no hay ascensor, pero eso da igual lo mas pesado no lo puede montar ni que lo diga y quien será que se muda, pero si es mi vecino. Amigo ¿que paso?, a que se debe esta repentina mudanza, no me habías dicho nada. –“La respuesta es sencilla vecina, la vida tiene tantos altibajos que lo mejor es mandar el ascensor al mismísimo carajo”. En fin finalmente frente a la puerta de mi apartamento abrí la cartera y busque las llaves que siempre se pierden en ella, seleccione la llave en aquel manojo entre las que también se encuentran las de la oficina, el auto, la puerta principal del edificio, el estacionamiento, y pare ya de contar, llegue al hogar dulce hogar, solo me espera un pececito en la pecera, y una planta de rosas con mis libros regados por todo el lugar. Lo que dije antes respecto a los inventos del ser humano, no funciona la calefacción, por lo tanto no hay agua tampoco, pues la bomba ni modo que funcione a empujones. En ese momento abro el ventanal para respirar aire fresco y se me helaron hasta las pestañas, y escucho gritar a un vecino desde su ventana “ponla manual” y otro grita “tu abuela”, y otro “callen o me lanzo al vacio”, y yo alarmada ante el último anuncio grito también con algo de broma, vecino le presto un paracaídas, “ vecin@s los invito a un refugio en la montaña, allá todo es gratis, mientras que aquí pagas cada respiro subiendo y cada suspiro bajando.///
Y la vida continúa …