Ya hace unas cuantas lunas
les contaba de Clodomiro
mi gallito consentido;
ese gallito fino
que la vida se jugaba
por las gallinas de su manada
Clodomiro un día se marchó
por la vereda a la sierra;
o sabía lo que era
y en silencio me dolió
Clodomiro no quería
que el otrora gallito peleonero
se le viera agonizar
la hora se había llegado
quiso morir en dignidad
Las gallinas que rascaban
hicieron coro a su pasar
y digno como había sido
se alejó sin mirar atrás
No hubo en vida navaja
que cortarle acertara,
no queda gallo que diga
que a Clodomiro ganara
pero la edad en el remate
con su hoya amenazaba
y si siempre vivió entero
justo es que así muriera
No lo volví a encontrar
tampoco lo fui a buscar
todos tenemos derecho
a morir en dignidad
pero a veces de madrugada,
cuando el lucero mañanero
amenaza con asomar
escucho allá por la quebrada
un águila cacaraquear