Miércoles Santo, dìa sagrado, me remonta a los años dorados de mi infancia, cuando tomada de la mano de mi santa madre Marìa de la Cruz, que Dios tenga en la gloria, religiosamente asistìamos al ritual de veneraciòn de la imagèn del Nazareno de San Pablo, en la Basìlica de Santa Teresa ubicada en el centro de la capital.
Y asì, embebidas en el càliz de la Fè, caminábamos un largo trecho junto a la muchedumbre, durante todo un dìa de penurias, hambre, calor y cansancio, en aquella procesiòn bendita donde muchos iban descalzos y lucìan vestiduras de algodòn o lino, acompañando a la imagen en su recorrido, con largas túnicas de color púrpura, a semejanza de la imagen, inclusive lo hacìan con sus pequeños hijos, quienes iban llevando velones que encenderìan luego de llegar al recinto sagrado, lo que llamaba poderosamente mi atenciòn y que por supuesto, yo no entendìa y creo que otros miles de niños tampoco.
Màs con el correr de los años, precisamente hoy al encontrarme lejos de mi patria, ¡Como hubiera querido estar presente en dicha procesiòn! pidiéndole al Nazareno junto a todo un pueblo desesperado, orando por la paz, la reconciliaciòn de los Venezolanos y el retorno de la democracia, seguramente serìa el mayor de los milagros, desde el ocurrido allà por el año de 1597, hace 420 años para ser exactos, cuando fuimos azotados por una plaga peor a esta, la epidemia de vòmito negro o escorbuto, donde tambièn padecìan miles de personas sin esperanza de curaciòn, y diariamente morìan cientos de ellos, tal como ahora vivimos en la desesperanza, el hambre, y la inseguridad, pensando que esta pesadilla de règimen de oprobio no tuviera alguna cura, en fin.
En aquel entonces, ocurriò un milagro, la corona de espinas de la imagen al pasar por la esquina de Miracielos, se enredò con un àrbol cargado de limones, cayendo al suelo sus gajos maduros y al igual que pasò con el manà del cielo, estos alcanzaron para todos quienes bebieron de su jugo y fueron milagrosamente curados de aquella terrible enfermedad, (por el Limonero del Señor, ver poema de Andrès Eloy Blanco) hoy al contrario necesitamos gajos de valentìa para luchar contra el Maduro limòn.
Asì, acudieron miles de personas a piè, unos portadores de fè llevàndola como ùnica arma, y una bandera por velòn, entretanto, otros en motos armados de pistolas, y de malas palabras que salìan de sus bocas y almas podridas, envenenadas por aquel judas, personaje siniestro que vendiò a su patria y fuera el envenenador, que deberìa estar en los calderos del averno, en caso de que este realmente existiera y que pagar pudiera los males causados a raudales en su corto paso por el mundo y que de paso nos dejara de regalo al burro.
Para finalizar, quisiera aclarar que no es mi costumbre mezclar mi fè con las cosas del mundo, pero resulta que en esta ocasiòn nos devora la polìtica salida al parecer del inframundo, donde se encuentra ahogada mi gente en un mal profundo, y los lìderes decidieron a apelar al ùltimo recurso y entregarle su afliciòn al ùnico que todo lo puede, al Dios representado en esta imagen del Nazareno de San Pablo, que no es de izquierda, ni derecha, ni del gobierno, ni de la oposiciòn, sino es de todos los habitantes de un mismo pueblo y regiòn llamado Venezuela.
Reciban saludos de universal amor de esta humilde escribiente, creyente, la raquelinamor.
Abril/2017
Reposición Marzo 31, 2021