La noche blanca
a cerrado los ojos
escuchando
del miedo
sus consejos
mientras las nubes
ocultan
la gran luna
de plata
y sus ojos negros.
La noche desnuda
de luz
deja que el miedo
retire las ropas tibias
que le diera el sol
del último día.
Hablándole
de historias negras
de esa vez que se detuvo
el tiempo
y no salió la luz
con sus manos suaves
y la alegría de los pájaros
al volar
despidiendo las sombras.
Esa vez, la noche
como en esta
sintió perder
la luna y sus rayos de plata.
Pero hoy
aún con el recuerdo del sol
en su mayor desnudez
con gran audacia
tomó ese último
resplandor del horizonte
y blandiéndolo
rápidamente mató
al miedo
y
sus malditos dichos.
La noche liberada
cubrió nuevamente
su pálido cuerpo
con el manto
colmado de titilantes estrellas
esperando
el reencuentro con su amado sol.