Que lo nuestro se quede nuestro
Eres el tiempo que no quiero dejar ir,
eres beso deseado
en una tarde de abril,
amor que nace en diciembre
con la pasión con que se ama.
Eres muy mío y, yo muy tuya.
¡Qué importa el mundo!
Si tus ojos son dos luceros
que por mí esperan todas las noches,
con deseos de poseerme.
Apagamos las pasiones en la piel
y la piel se me eriza con tus besos
donde lo nuestro se queda nuestro.
Tus manos suaves y dóciles
invitan tus dedos a tocarme,
a descansar en mis entrañas
y tocar mis piernas bien torneadas.
Tus labios sedientos de los míos,
desesperados en deseos de besarse,
es tiempo de refrigerio
cuando me abrazas.
El saberte y sentirte siempre mío...
No sé después de ti,
el amor tenga algún color,
que en mis ojos se pueda ver.
Eres un antes y un después
has venido a llenar mi vida,
de deseos de ti y ganas de ti.
Antes no era fácil reír
Tú eres mi razón de ser,
mi dulce despertar
y mi dulce amanecer,
si en tus brazos he de despertar...
¡Amo todo de ti!... Mi ¡Ángel de Amor!
Alicia Pérez Hernández
No es la pluma la que escribe, es el alma
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