Ya se oculta el envilecido sol
entre la bruma
donde el canto de la alondra
allí se alza,
un corazón deslazado
en rosa y oro...
se desnuda entre la brisa
por su talle,
deslindándose
de ucrónica...
y desvirgada fantasía,
en el páramo
inabarcable...
de su ausencia.