Solo soy dueño del lugar que ocupo,
me sobran todos los títulos y escrituras,
me inspiro en el poeta que tanto de la vida supo,
y que gozó y sufrió por todas las criaturas.
No tener nada es ser dueño del universo,
viajar con la mente por un espacio infinito,
no hay nigún dios ni divino ni maldito,
y eres de todas las religiones un converso.
Allí hay una estrella que se apaga
Allí más allá otra que se enciende
Es el universo que ni empieza ni se acaba.
Cuando era un niño había muchas golosinas
Había una mujer enlutada que le decían la maga
Aquel era el barrio de las mujeres profanas y divinas.